Los estereotipos, desgraciadamente, están bastante arraigados en nuestra sociedad pero, como podemos ver en los vídeos, las cosas están cambiando. El hecho de que los estereotipos afecten más a unas personas u otras depende de su capacidad crítica y, en buena medida, de la educación que reciben.
La manera de contrarrestar los estereotipos es enseñarles que no hay determinadas actividades asociadas al género, sino que las cosas dependen de la personalidad de cada una de las personas. Lógicamente en algunos comportamientos se ven actitudes heredadas de otras generaciones que debemos probar que no son así para que todos podamos mostrar unas actitudes de tolerancia hacia los demás, independientemente de su sexo.
Un ejemplo tradicional de estereotipo sexista está relacionado con las tareas del hogar. Los que tenemos cierta edad hemos experimentado que de las chicas se esperaba que aprendieramos a realizar las tareas de la casa, que nos ocupásemos de la compra o del cuidado de los niños. Todavía en algunos círculos eso se tiene como normal aunque en los casos de familias en las que ambos conyuges trabajan fuera del hogar se está haciendo más frecuente el reparto de tareas o incluso se están produciendo casos de inversión de las mismas, es decir, que sean los hombres los que hagan las tareas del hogar en aquellos casos en los que ellos no trabajan fuera de casa y si lo hacen las mujeres. Aunque haya gente que aún se sorprenda viendo estos cambios, habremos dado un gran paso cuando veamos que nuestros niños y niñas no se sorprenden ante estos comportamientos.
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